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Mis amigas: mis heroínas.

Ayer sucedió algo que me toco el corazón. Una chica que es una de las mejores amigas de una amiga enfrentó una situación de riesgo de vida. Vi a mi amiga, sufrir mucho por este motivo y me escandalice, también casi todas las mujeres de mí alrededor se alteraron por la noticia. Por suerte, ella está bien, tiene por delante que enfrentarse a muchas situaciones difíciles después de lo que le paso, pero a fin de cuentas está viva. Y mi corazón estuvo todo el día pensando en cada una de las mujeres que considero mis amigas, en que pasaría si a alguna de ellas les pasa algo, si algunas de ellas deja de existir. Se me va la vida.


He dedicado mil canciones a hombres, a mi mama le he dado muchos regalos, a mi perro lo abrazo y le digo que lo amo todos los días. A mis amigas también. Pero hoy llegue a la conclusión que no tanto como se lo merecen. Que no es equivalente lo que les demuestro con lo mucho que realmente merecen. Es que acá es donde me di cuenta que una amiga no es tan solo una persona importante en la vida de una. Sino que lo es prácticamente todo. Es la familia que no lleva tu sangre y que te elige y te ama con cuantos errores y aciertos vos tengas. Eso es invaluable. La amiga es la que está a la hora que sea donde quiera que estés. La que te abre las puertas de su casa como si fueras una más de la familia. La que te deja durmiendo mientras ella se va a trabajar. La que te cocina algo rico, o que cuando compra algo que le gusta siempre también está pensando en vos. La que salta como leche hervida si un tipo se propasa. La que te da los mejores consejos aun cuando no sabe manejar ni su propia vida. Ella no quiere que seas débil y cometas los mismos errores que ella comete, quiere que seas mejor.

Es la persona que te pide opinión y la que se desespera por que seas la primera en saber todas las novedades de su vida, la que se desvela con vos, la que te da techo, comida, su comodidad para que vos estés bien. La que si tiene un buen momento por pasar lo comparte con vos, la que trabaja para darse los gustos pero si te puede invitar lo hace. La que hace de mama tuya cuando tiene que hacerlo y la que te da los mejores piropos que cualquier otra persona te puede dar. La que te conoce hasta el último defecto de tu cuerpo pero siempre está diciéndote cosas hermosas. La que es psicóloga, masajista, maquilladora, ginecóloga, terapeuta, cocinera, novio, peluquera, la que es todo a la vez solo para no dejarte sin su ayuda. La que cuando esta con sus hijos, les dice que sos su tía.

He tenido la fortuna de llorar en los brazos de ellas más de una vez y que aunque vean mi peor cara siempre me dicen que soy hermosa. Que ven en mis lágrimas su propio dolor reflejado y que se convierten en las personas más malas con quien me haya hecho daño solo por valorar que soy una persona que no merece estar así.


He tenido la fortuna también de pasar con ellas momentos en donde al desnudo me abren su corazón y me cuentan sus más profundas penas, sus vergüenzas, sus sentimientos y dejan en mis oídos cosas que para ellas son sus secretos. Su confianza plena es uno de mis más grandes tesoros. Mis amigas son las que me sacan una sonrisa y se ríen con las tonterías que yo digo. Me abren su ropero para que yo pueda lucir su ropa o las que no me dejan salir mal a la calle, o mejor dicho, lo menos mal que se pueda para que nunca pierda mi belleza exterior. Me ha tocado estar en los mejores lugares con gente que no merecía una cuarta parte de lo que ellas merecen. Siento no haberles dedicado tantas poesías o tantos momentos como se los he dedicado a gente que no vale la pena. De verdad que lo siento porque son ustedes las que van a estar siempre a mi lado, las que se vuelven psicólogas si algo anda mal y las que viajan largo y tendido si tengo algún problema.

Si tenemos mucho, lo compartimos, si tenemos poco también. He estado sentada en plazas tomando mate, o compartiendo una cerveza, o trabajando con ellas, o viviendo con ellas, o en el boliche con ellas, y aun viéndome en todas mis etapas me aman. Los momentos más crudos de mi vida siempre tienen la presencia de una de mis amigas, si es que no es de todas, yo no sabría cómo hacer si no hubiera sido por ustedes.


Ellas son mi familia, son lo más lindo que la vida puede tener y el que las tenga al lado es muy pero muy afortunado, ojala siempre les den lo que se merecen. Las haga felices y les retribuya un poco de todo el amor que me han dado en nuestro años de amistad, o en nuestros momentos de amistad.


Y si hablo de ustedes, mujeres, es porque ustedes son las que más riesgo corren día tras día en todo sentido lamentablemente, yo incluida.

Cuando nos amamos entre todas, cuando alguna de ustedes ayuda a otra mujer, en cualquier aspecto, en cualquier ámbito, quiero que sepan que es una de las cosas mas lindas que pueden hacer. Porque nos tenemos entre nosotras, porque cuando la vida peligra o el mundo se nos cae a pedazos dentro de nuestro corazón ahí es donde vas a tener a otra mujer, conocida, amiga, o no conocida dándote ánimos y siendo empática con vos. Ayudar a otra es lo que te tiene que hacer sentir orgullosa de ser mujer.



Te reto a que hagas memoria y pienses en tus peores y mejores momentos, te aseguro que en alguno de ellos podes identificar la cara de una de esas mujeres a las que llamamos amigas. A veces quedan pocas... pero las que quedan son sagradas.




Camila Santos.

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